Amy.
El invierno es una de mis estaciones favoritas del año. Se podría decir que es donde la Tierra está limpiándose para dar lugar a nuevos nacimientos como las plantas. Uno de mis hobbies es observar los suaves copos de la nieve caer con lentitud del correr de los segundos del reloj.
Aunque claro, tenía muchas ventajas como desventajas. Una de ellas era asistir a la escuela con la probabilidad de agarrar hipotermina.
- Y también de las vacaciones más cortas del año.- Mencionó el idiota de Sonic leyendo mi diario. Odiaba que hiciera eso.
- ¿Puedes meterte en tus propios asuntos por favor?- Cuestioné irritada. No tenía ganas de iniciar una pelea con él de cualquier cosa. En este año he recibido más de 5 reportes junto con él. Era Sonic Speed; el numero uno de los mejores atletas de nuestra institución.
- Eres la menos indicada para decirme eso mi querida Amy. ¿Quién en su sano juicio se pone a escribir sobre literatura invernal cuando tenemos clase de historia? Quedaría más adecuado en la clase de Geografía, ¿no crees?
- Dejame en paz.- Ordené en voz baja. Era la tercera vez que me comunicaba con él.
- No es para que te pongas grosera Amy. Al menos que quieras otro reporte a tu lista de "presentación"-Tenía razón. No debía pelear con él. Así que aguantaré todo. Pude notar que se dió cuenta de mis decisiones, pues una enorme sonrisa apareció en su rostro.
Segundos después sentí una asquerosa bola de papel en mis puás. Dios mío, él era un cerdo total y tenía que ser educado por alguien.
- ¡Basta Sonic!- Grité exasperada. Esto era la guerra, no puedo aguantar ni un segundo más de su comportamiento. Aunque aún no entendía la sonrisa en su expresión. O quizás por...
- Amy, Sonic; fuera del salón el resto de la clase.
Por suerte era la última hora.
Caminé a mi casa y me adentré a mi dulce hogar. El olor de la comida se podía percibir desde la entrada. Una de las excelentes cosas que caracterizaban a mi madre. Me senté en la mesa donde ya estaban mis medios hermanas listas. María, y Gitz. Ambas de púas amarillas con ojos azules como el mar.
- Buenas tardes.- Saludé mientras me acomodaba.
- ¡Amy!-Saludó Gitz con una sonrisa divertida, algo me decía que eran noticias nuevas.- ¡No creerás qué! Una de las familias más ricas se ha mudado a nuestro lado. Esta tarde han llegado; y mamá quiere que vayamos a darles la bienvenida.
- ¿Y cómo se llaman?- Cuestioné interesada. Llevabamos tiempos sin tener vecinos alrededor y quizás sería divertido formar nuevos amigos por aquí.
- Es la familia Speed.-Contestó María.- Muy reconocidos por lo que he investigado.
De alguna manera siento que se me hace vagamente familiar el apellido. Dudo mucho que el idiota de mi salón sea perteneciente a ese núcleo, pues mi institución no es de ricos. De igual manera, terminé de comer y me encaminé a mi habitación a realizar mi tarea si no fuese por el llamado de mi madre para entregar unos pasteles. Mis hermanas habían marchado al instante de terminar de comer, tenían trabajos que hacer.
Acepté el pedido y me encaminé hacia la casa de al lado. Un mayordomo me dio la autorización al interior y me dejaron en la sala; donde pude observar varios cuadros de los miembros de la familia. Un erizo verde, una eriza púrpura; un erizo serio de puás negras con franjas rojas. Y el siguiente era...
- No puedo creer que la que me recomendó dejar de ser metiche esta mañana, esté husmeando mi casa.-Esa voz...
- Sonic....
Continuará.
Bien, he de admitir que no estaba pensando volver a escribir en blogger pero después de recordar lo divertido que era, he decidido volver con una historia más. Si llego mínimo a diez comentarios, estoy dispuesta a continuarla.
¡Nos leemos pronto!:D
No hay comentarios:
Publicar un comentario